Biofumigación combinada con solarización en invernadero: Una experiencia para el manejo sustentable de plagas, enfermedades y malezas del suelo.

Una experiencia para el manejo sustentable de plagas, enfermedades y malezas del suelo.

Autores:

© Maria Iohanna Yosviak, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Estación Experimental Agropecuaria Manfredi. Agencia de
Extensión Rural Córdoba, CETbio; Argentina.
A. Lóndero, Productor hortícola, Colonia Tirolesa, Córdoba; Argentina.
G. Gerez, Ministerio de Agricultura de Córdoba, área BPA; Cambio Rural-Villa Esquiú; Argentina.
A. Pérez y I. Rolhaiser, Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Laboratorio de Fitopatología; Argentina.
Natalia Meneguzzi, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Centro de Investigaciones Agropecuarias. Instituto de Patología Vegetal; Argentina.


Contacto: yosviak.maria@inta.gob.ar

Una práctica instalada en la producción bajo invernadero es la fumigación del suelo con productos químicos de síntesis para el manejo de las plagas, patógenos y malezas. La necesidad de adecuación de la producción hortícola a las nuevas normativas de BPA, hace necesario explorar alternativas sustentables para el manejo del suelo de los invernaderos.

La biosolarización combina solarización con biofumigación; aprovecha el calentamiento del suelo y la acción de los microorganismos y los gases tóxicos que se generan con la descomposición de la materia orgánica.

En un predio hortícola de Colonia Tirolesa (cinturón hortícola de Córdoba), se instaló un ensayo de biofumigación combinado con solarización en un invernadero con antecedentes de pérdidas de producción debido a la presencia de hongos de suelo y nematodos. El objetivo de esta experiencia fue incorporar prácticas sostenibles con el ambiente, que permitan al menos dos ciclos de cultivos de fruto sin la necesidad de recurrir a productos químicos.

Para el proceso de biofumigación se emplearon restos de cosecha de crucíferas y rastrojos orgánicos provenientes de otros cultivos hortícolas.
Posterior al tratamiento se implantó un cultivo de Cucumis sativus variedad Olympian F1.

Se analizó la sanidad y rendimiento del cultivo para evaluar el efecto del tratamiento del suelo. Se obtuvo un cultivo de pepino con una reducción del 30 % en el uso de plaguicidas. Durante el ciclo no fue necesaria la aplicación de herbicidas ni aplicaciones curativas de enfermedades. Se consiguió un rendimiento óptimo para la variedad.

Si bien no se lograron temperaturas indicadas para un buen proceso de solarización, la experiencia permitió el aprendizaje de la técnica y sus tiempos, logró evitar muerte de plantas por ocurrencia de damping-off, y disminuir el banco de semillas de malezas presentes en el suelo. El cultivo posterior de pepino se mostró con mayor vigor y sanidad.

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